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Prompt / Provocación 3

3° prompt:

I n t e r v e n i n g    p u b l i c    s p a c e s   

(marks, footprints, testimonies)

3° provocación:

I n t e r v e n i r    l o s    e s p a c i o s    p ú b l i c o s (marcas, huellas, testimonios)

Intervening public spaces / Intervenir los espacios públicos

  1. Public space. What counts as public space? Interventions on the material, on the symbolic, on collective imaginaries. These different kinds of spaces operate as playgrounds for the daily performance of our public selves.

  2. Interventions as political acts. As collective ways of taking back public spaces, of reasserting rights, of visibilising power, and sustaining memory. Interventions in the public space can be strategic, well planned, like an ad-hacking exercise, the stencelling of dozens of pañuelos (headscarves) reminding us of the Madres and Abuelas of Plaza de Mayo, or a paint bomb aimed right at Fortnum and Mason (or any other of those fantasyland symbols of the British elite one might encounter in the route of a march in London). Interventions can also be organic, unplanned. A myriad of footprints on the streets the day after a march, the remaining evidence of the masses owning the streets.

  3. Interventions as personal marks. As the externalised stretch marks of developing subjectivities. As ways of marking personal moments and landmarks, leaving part of ourselves for others to see. Personal marks in the public space unfold the inside world onto the outside world. The personal is political, as we often say.

Paula Serafini

 

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  1. Espacio público. ¿Qué cuenta como espacio público? Intervenciones sobre lo material, sobre lo simbólico, sobre imaginarios colectivos. Estos diferentes espacios operan como patios de juego para la performance diaria de nuestro yo público.

  2. Intervenciones como actos políticos. Como maneras colectivas de reclamar espacios públicos, de reafirmar derechos, de visibilizar el poder, de sostener la memoria. Las intervenciones en el espacio público  pueden ser estratégicas, bien planeadas, como en el ‘ad-hacking’ y la contra-publicidad, como los esténciles de pañuelos por la docena, recordándonos de las madres y abuelas, o una bomba de pintura apuntada a Fortnum and Mason (o cualquier otro de esos símbolos de fantasía de la elite Británica que une puede encontrarse en la ruta de una marcha en Londres). Las intervenciones también pueden ser orgánicas, no planificadas. Una miríada de huellas en las calles el día después de la marcha, la evidencia que queda de las masas ocupando las calles.

  3. Intervenciones como marcas personales. Como las estrías de subjetividades en desarrollo. Como formas de marcar momentos y eventos personales, dejando parte de nosotres para que vean les demás. Las marcas personales en el espacio público desenvuelven el mundo interior hacia el exterior. Lo personal es político, como solemos decir.   

Paula Serafini

EDUARDO MOLINARI - ARCHIVO CAMINANTE / GENTE DEL CAMPO

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Archivo Caminante, Gente del campo, Rosario, Provincia de Santa Fé, DocAC/2010.

AMY CORCORAN / UNTITLED

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AGUSTÍN RINCÓN MÉNDEZ /   SOLIPSISMO, LO EXTERNO Y UN CHISTE DE PIJAS

Uno de los contratiempos de ser solipsista, como nos vemos forzados a entender desde la adolescencia, es que el concepto de “lo externo”, muy a nuestro pesar, no es el producto de una ensoñación, más aún, contrario a lo que nos dicta la percepción, no somos ni el motor ni el centro del universo que nos rodea, sino humildemente, una manifestación de vida contextualizada en una época. Herederos y precursores de un mundo cuyo devenir no ha sido nuestra culpa, pero es por defecto, nuestra responsabilidad. 


Esta revelación sobre la realidad se ve un tanto más retrasada cuando uno nace en un país, donde como norma general “lo externo”, o el espacio común, está reducido a diligencias mundanas como comprar pan, ir al trabajo, tener un aborto o escoger un presidente. En mi ciudad natal, Maracaibo, no se puede estar en la calle después de las 11 de la noche por la inseguridad, ni después de las 9 de la mañana por el clima, hace más de 40 a la sombra. En líneas generales, la vida en Maracaibo se vive más que todo en espacios privados, asegurados y climatizados.


La noción de plazas o parques, como sitios de ocio y esparcimiento comunal, me causó un shock cultural del que no pude reaccionar hasta el tercer año de mi vida en el exilio. La lógica de este shock era la siguiente: ¿qué sentido tiene ir a otro lugar cuando he invertido tanto dinero y esfuerzo en rentar y amueblar un espacio a mi gusto?, ¿por qué dejar un espacio donde puedo recrear esa instancia de solipsismo infantil, para ser presa fácil del clima y del hampa? Es una lógica un poco naif, lo sé, como cualquier lógica que se examina desde una meseta de privilegio. 

 

El último punto, la posibilidad de salir a la calle sin que tu vida corra peligro era completamente nuevo para mí. Tuve que convencerme del hecho llevándolo todo a un nivel estadístico, es decir, obviamente hay una otredad ahí afuera que me puede lastimar, pero el porcentaje de la gente que me quiere lastimar específicamente a mí reduce drásticamente las posibilidades de que en efecto algo me pase. Me tuve que preguntar: ¿por qué alguien se conformaría con hacerme daño a mí si hay gente con más dinero, que son más deseables y más frágiles que yo? 


Teniendo todo esto en consideración, empecé a coquetear con la idea de salir de casa, pero no fue sino hasta que alguien me dijo directamente “¡Ocupemos la calle!”, que me cayó la ficha de todas esas canciones punk que había estado oyendo desde que tenía 13 años. No es suficiente con ser una célula disruptiva de forma cerebral e intersubjetiva, hay que salir a la calle. De ese modo, poniendo lo privado en el espacio público puse en juego la ideología.


Hagamos entonces todo lo posible, me puse mi remera de La polla records, no solo porque me gustara la banda sino para que los otros supieran que eso también existe, me hice el peinado de Stewart Lee en los 90's, no solo por emular al Sr. Lee, sino porque quiero que sepan que también estoy en ese ejército y este es el uniforme. No hace falta entender La historia de la sexualidad, basta con hacer un graffiti de un fragmento y un stencil de Foucault. Todo es un poster, toda acción es política, a algún destino llegará el mensaje, no hace falta más que poner el signo en la afuera y el resto es efecto dominó. 

Hagamos un picnic, me quiero poner al pedo con los pibes en la plaza y orinar mis inconformidades enfrente de todo el mundo...eso, no más; mi look, mi música y mis orines, ¿acaso hay un mayor símbolo de la individualidad que una persona adulta orinando en la calle un domingo en la mañana, con la pinta del sábado en la noche? Del mismo modo, común y escatológico, es la idea de que el espacio público es una extensión de mi habitación y, por ende, estos espacios deben, de alguna manera, reflejar mi identidad y mis opiniones. La militancia civil es una lucha por lograr que mi ciudad represente lo más posible mi moral, mis valores y mi idea de justicia. De manera más arcaica los linchamientos a los agentes que turban la armonía de una ciudad también son una forma muy tradicional de intervención al espacio público, hay que recordar que tanto Jesucristo como Gadafi fueron ejecutados en la calle...siendo esto, y The history channel, lo único que estos dos tienen común.


En general, las intervenciones al espacio público, tanto las sanguinarias como las pacíficas, son luchas ideológicas que pretenden que las victorias, que transcurren en lo externo, se filtren a la realidad privada de las habitaciones de los otros. Ahora bien, cuando la realidad de mi ciudad difiere mucho de la de mi habitación, me encuentro con dos opciones: la primera, escoger el exilio a la vez sacrificando un sistema de apoyo social (familia, contactos, etc). La segunda, quedarme en forma de resistencia nacionalista donde mi comodidad está supeditada a la violencia de mi contexto, procurando un punto medio entre el folklore y mi habitación, o morir como un mártir luchando por esa causa.


Hay dos tipos de adultez relevantes a este relato, la biológica y la civil, porque en definitiva, intervenir conscientemente el espacio público es un signo de adultez, o al menos eso les quiero sugerir en esta ocasión por medio del siguiente párrafo: Por un lado, es un hecho que cuando sufren las consecuencias de sus acciones, las erecciones empiezan a perder su consistencia y en algunos casos se disuelven por completo. Por otro lado, ninguna disfunción eréctil evitó jamás que nadie orinara en la calle. 

 

Probablemente lo que hace a un país no es la erradicación del orine en el espacio público, sino la fascinación estética con sus paisajes y la plena comprehensión de que en estas calles donde yo orino hoy, orinó mi padre y su padre y también orinarán mis hijos y los hijos de mis hijos. Porque no es en nuestras habitaciones, sino en nuestras calles donde orinamos, como sociedad, todos juntos.

This is the last line of a poem I wrote as I was beginning to come back to life after suffering a personal loss beyond words. I was determined not to allow my life to become overshadowed by grief, but I simultaneously needed to acknowledge the pain I continued to feel, and still feel to this day. Inscribing these words in public space marks a step in making public feelings that all of us often keep hidden away in a box. Only a small step, as the message remains somewhat hidden and intimate. Nonetheless, it is a testimony to what I have been through, and a testament to how far I have come.

HUGO VIDAL /   SIN TÍTULO

Trabajo en papel moneda, acerca del papel moneda. Sobre aquellos que fueron derogados y los que están en circulación. Inicialmente me referí a los de nuestro país, Argentina, luego incluí a los de América Latina y finalmente al resto del mundo.  Pues las cuestiones nacionales están evidentemente inmersas en las cuestiones internacionales. Entiendo que este proyecto, esta operatoria interpela al papel moneda, no lo utiliza solamente como un medio para circular un mensaje. Creo que el papel moneda es un terreno donde se dan muchas y variadas falsificaciones, malversaciones, y desplazamientos de sentidos.

 Un simple billete nos exhibe  circunstancias históricas. Narraciones en disputa.

 No solo expone y expresa un valor monetario, el que fuera enunciado en el momento (optimista) de su edición. Además también sucede que muchas veces el valor expresado ya no es real, por inflación, o disputas comerciales internacionales. Argentina vivió varias  devaluaciones..

El enunciado es denunciado.

///

Inicialmente trabajé sobre los billetes tachando el primer número con la letra N, generando un *N0, o un N00 y hasta un N0000, según el valor expresando en el billete.

Planteando una negación sobre el valor. Que importa?...del importe. 

La palabra resultante está conformada por una letra inicial y números, una palabra anómala.

Una forma anómala, en una situación aparentemente normal.

Esta operación se extiende sobre billetes de cualquier país, solo necesito números de dos cifras. 

 

*El dolor de ya no ser... Frase de un tango muy conocido, es una negación mas filosófica, la apliqué con un sello, acompañando el proceso devaluatorio, con elementos de la cultura popular.

 

Circula una adivinanza, dice así: plata no es. oro no es..que es?...plátano.

*No es plata  /  No es oro, es otra línea de intervención, aplico un sticker.

Ya que no existe el respaldo, es solo un papel numerado y enumerado. Sobregirado.

 

Transitamos el desplazamiento de un todo por 2 pesos a este nada por 2 pesos. Siempre me pareció que aquel: todo por 2$, expresaba una desvalorización, una duda profunda. 

Dudas que se suman y nos restan, por eso, esta línea de intervención:

*Nunca mas...siempre menos.

 

Se suceden devaluaciones mas grandes  y mas pequeñas, insistentes,por eso no es extemporáneo expresar un deseo:

*Devolución de la devaluación.

 

A medida que voy desarrollando el proyecto se expanden los campos de intervención, 

por eso proyecto diseñar el billete que recupera todos los ceros perdidos en nuestra historia económica. Hasta el día de hoy son trece los ceros pasados a pérdida. Este billete resultará un billete mas apaisado, mas extendido. un billete anómalo, incómodo. 

Históricamente explícito.

*$10.000.000.000.000.-      

Esta situación es ...un work in progress!!!    (adjunto una versión maqueta).

En un momento del desarrollo de este proyecto recibí un billete mejicano de 10$, con la imágen histórica de Emiliano Zapata. Me comentaron que había salido de circulación por la presencia del EZLN, claro que el gobierno dió otra explicación (costo elevado...etc).

Este era un billete de mucha circulación porque era de bajo valor, los adherentes del EZLN lo intervenían. En este caso se dió claramente una disputa de sentido.  El estado intentó desactivar así una  otra reactivación posible. Esta contradicción busco expresarla y sintetizarla en una frase, a saber:

* Libertad a los pesos políticos.

Sí, a los pesos..

 

Puesto a intervenir billetes me encuentro con C. Vallejo (Perú), J. Marti (Cuba), Ruben Dario (Nicaragua), G Mistral (Chile) o Torres Garcia (Uruguay, lo considero un poeta visual).

A estos poetas los puedo considerar pesos políticos, pero también de manera mas específica aún, los considero presos poéticos...presos en meras transacciones económicas y especulativas. Presos en  intercambios contradictorios. Por eso escribí esta frase:

*Libertad a los presos poéticos.

Evidentemente estas frases me interesan por la cacofonía resultante, que genera situaciones de ambiguedad, ironía, crítica y ojalá un intento de recuperación de algún espectro de valor residual persistente. de algún otro valor conceptual remanente.

Alguna deriva.

En la cacofonía me interesa que los enunciados parecen lo que no son, esta situación es casi una descripción, en mi opinión, de lo que sucede facticamente con los billetes.

Parecen lo que no son.

Higo Vidal 2017/2018

ALICIA NUDLER + BOB DICKINSON /   UNTITLED

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